Castelo Branco y su castillo templario

A los que vivís en Extremadura, y más concretamente en la provincia de Cáceres, seguro que os suena este nombre: Castelo Branco. Y si no, estáis tardando en conocer este pueblo de Portugal que os queda muy a mano, pues está a sólo unos kilómetros de la frontera.

Se trata de una población que tuvo su origen en relación a la Orden de los Templarios, y perteneció a éstos. Además, por su ubicación fronteriza, era una plaza fuerte y por tanto en ella se encontraba un gran castillo. Todavía se encuentra, mejor dicho, aunque no como antaño sino más bien en ruinas. Eso sí, todavía se puede subir a una de las torres que queda en pie, y disfrutar de las mejores vistas sobre la ciudad.

Una vez echado un vistazo desde las alturas a la ciudad, es hora de perderse entre sus calles, en las que todavía se conserva cierto aire medieval en los barrios más antiguos. Y es que si bien Castelo Branco es conocida principalmente por su castillo, hasta el punto que le da el nombre a la población, hay algunas cosillas más por ver.

Por ejemplo, yo os recomendaría encarecidamente que visitarais el Palacio Episcopal, y especialmente sus jardines, un conjunto que data del siglo XVI. El jardín como digo, de estilo barroco, es especialmente bonito, lleno de arbustos, fuentes y muchas esculturas de granito. Y ya que visitáis el palacio episcopal y su jardín, podéis conocer el Museo de Arte Sacro o un museo dedicado a Francisco Tavares Proença Júnior, un arqueólogo.

Otros lugares de interés que podéis conocer en esta localidad son la Iglesia Catedral, del siglo XIII y conocida antiguamente como Iglesia de San Miguel, o también el Convento da Graça, en la zona norte de la ciudad. Y restos de murallas y portales que iréis descubriendo conforme pateáis por la ciudad.

Más información | Cámara Municipal Castelo Branco
Foto | Wikimedia Commmons – Raquel Rodrigues

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