El Castillo de Silves
Con alrededor de tres mil años de historia, Silves es una de los asentamientos más antiguos de Portugal y una de las primeras ciudades que reciben el reconocimiento de tal en los primeros años del Reino. Conquistada definitivamente en el siglo XIII, su monumento más importante es el Castillo, o castelo en portugués.
El Castillo de Silves es uno de los mejores monumentos que quedan de la dominación musulmana. Se comenzó a construir en el siglo IX, en los últimos años de la época omeya, en la parte más alta de la ciudad, por lo que auparse a sus murallas es auparse a un mirador con unas fantásticas vistas del pueblo y de la región que lo rodea.
Lo primero que nos encontramos, antes de adentrarnos en esta fortaleza de color rojizo, es una estatua de Sancho I. El segundo rey de la historia de Portugal fue el primer conquistador de Silves, y aunque realizó diversas obras para mejorar el castillo y su sistema defensivo, terminó perdiéndola en una de las incontables batallas habituales en las zonas fronterizas.
La construcción cuenta con los diversos lugares que forman parte del típico castillo musulmán. Esto es, por un lado se tiene la alcazaba, que era en donde el ejército se asentaba, y por otro se tiene una zona de palacios, donde vivían los príncipes o gobernantes de la ciudad. Toda esta zona está en excavación. Las torres y las puertas de acceso sufrieron modificaciones posteriores.
No hay visita a esta población del Algarve que se precie sin adentrarse en el Castillo. Abre para las visitas turísticas todos los días y la entrada es asequible: 2’80 euros o 3’90 euros, si se incluye también la entrada al Museo Arqueológico de la ciudad.
Foto | Flickr – Rui Ornelas
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