Qué ver en Oporto en 2 días: imprescindibles que no pueden faltar
Oporto es un destino turístico muy relevante para aquellos viajeros que deseen conocer Portugal. Se trata de una bonita ciudad que cuenta con un pintoresco centro histórico declarado Patrimonio de la Humanidad. Una de las principales razones por la que es muy recomendable visitar la ciudad de Oporto es que permite que se recorra en tan solo dos días, por lo que es perfecta para aprovechar al máximo un fin de semana, una escapada de placer o un puente del calendario.
Iglesia de San Ildefonso
En tu viaje a Oporto descubrirás la magnífica Iglesia de San Ildefonso, una impresionante edificación que data del siglo XVIII y que destaca por su fachada de azulejos, una obra de Jorge Colaça que muestra varias escenas de la vida de San Ildefonso. También son relevantes los majestuosos campanarios así como el interior del edificio, que alberga hermosas vidrieras y un retablo de estilo barroco y rococó que se le atribuye al arquitecto y pintor italiano Nicolau Nasoni.
La Torre de los Clérigos
Nicolau Nasoni también es el diseñador de esta torre de 76 metros de altura y que cuenta con casi 250 escalones para acceder a su zona más elevada. Es un símbolo de la ciudad de Oporto y te ofrecerá la oportunidad de disfrutar de unas increíbles vistas de atractivos lugares como los Jardines de la Cordoaria. La torre de mármol y granito se ubica junto a la Iglesia de los Clérigos y es fácilmente accesible a pie desde la Avenida Dos Aliados.
El casco histórico: Avenida Dos Aliados y Estación de São Bento
El lugar de reunión por excelencia de los portugueses es la Avenida Dos Aliados, un espacio donde se llevan a cabo varias celebraciones a lo largo de todo el año. Además, la zona, cerca del barrio de Cedofeita, es perfecta para utilizar como punto de partida para recorrer los rincones más interesantes de Oporto.
Aunque no llegues a la ciudad en tren, es aconsejable que visites la Estación de São Bento, ubicada a escasos minutos a pie desde la Avenida Dos Aliados. Lo que más impresiona de este edificio de granito es la decoración de su hall, compuesta por 20.000 azulejos que relatan los momentos más relevantes de la historia de Portugal.
La Ribeira y el Puente Don Luis I
Ningún lugar plasma mejor la imagen de la ciudad de Oporto como lo hace La Ribeira. Aquí podrás admirar las coloridas construcciones que se emplazan a ambas orillas del río Duero. Asimismo, en la zona se encuentra el Puente Don Luis I, una majestuosa construcción de metal que puede recorrerse a pie o en coche.
En el muelle de La Ribeira podrás realizar una excursión en barco por el Duero, Douro en portugués, mientras que en la Plaza de la Ribeira encontrarás agradables terrazas donde tomar un aperitivo o disfrutar de algún plato de la gastronomía local. Además, en esta parte de la ciudad se sitúan otros monumentos de interés como la Capilla del Largo del Terreiro, la Fuente Taurina o la Iglesia de San Francisco.
Área de Cordoaria
En el centro de Oporto se localiza esta turística zona que alberga, además de la Torre e Iglesia de los Clérigos, el Museo de la Fotografía y la Librería Lello. Del mismo modo, este lugar es perfecto para tomar algo en una cafetería o para dedicar un agradable día a ir de compras.
Flickr – Enric Rubio Ros
La Librería Lello es mundialmente conocida por su belleza, incluso la popular escritora J.K. Rowling quedó sorprendida de su belleza y quiso incluir un escenario parecido en algunas de las escenas de las películas que recrean sus libros. El edificio fue levantado a principios del siglo XX y cuenta con un impresionante interior en el que una magnífica escalera separa las diferentes plantas. La entrada cuesta 5 euros que serán descontados de la compra que hagas en su interior.
Los mejores miradores de la ciudad de Oporto
Una de las mejores opciones para disfrutar de la ciudad portuguesa es dedicar un tiempo para subir hasta alguno de sus conocidos miradores. Desde el Mirador da Serra do Pilar se puede contemplar una impresionante puesta de sol con las vistas de fondo de la ciudad y del Puente Luis I. Asimismo, desde el Mirador da Vitória descubrirás una panorámica increíble de la Catedral y de las laderas de Oporto.
El mercado de Bolhão
En el corazón de Oporto se sitúa este popular mercado de alimentos que ofrece a sus visitantes pescados, carnes y dulces tradicionales portugueses. Está considerado uno de los mercados cubiertos más bonitos de Europa y en sus dos plantas de estrechos pasillos se pueden apreciar los deliciosos aromas de la tierra y el mar.
Bodegas de vino en Oporto
Visitar una ciudad como Oporto conlleva recorrer una o varias de las bodegas del popular vino de O Porto. De hecho, en Oporto no hay una bodega, todas están Gaia, la parte izquierda del río. La principal razón es la temperatura; mientras en Oporto la luz del sol da durante muchas horas al día, en Gaia, sin embargo, la sombra permanece durante la mayor parte. Por eso se llama vino de O Porto (El Puerto) y no Oporto (todo junto).
Conocerás la historia, el proceso de producción y el gran sabor de este delicioso caldo portugués gracias a las catas de vino. La mayoría de las bodegas de la ciudad tienen un alto nivel de calidad, son familiares e incluso algunas albergan hasta un museo.
Poças es una bodega con historia que muestra en sus visitas guiadas el lado más innovador del vino. En la Bodega Ramos Pinto encontrarás una cuidada muestra de objetos antiguos relacionados con el vino, mientras que la Bodega Ferreira tiene la peculiaridad de que se emplaza en un pintoresco convento.
Encantos culinarios de una ciudad con magia
Oporto cuenta con incontables lugares donde degustar los mejores platos de la gastronomía local. El bacalao y las francesinhas, una especie de sandwich relleno de jamon y cubierto de queso, son las especialidades estrellas aunque tienes a tu disposición un sinfín de exquisitas tapas en los distintos restaurantes y bares.
Los bares de tapas, bocadillos, o como se dice en Portugal, de Petiscos, se sitúan en gran medida en la Rua dos Caldeireiros. No obstante, en otros lugares como en la Rua Santa Catarina podrás encontrar rincones emblemáticos como el Café Majestic, donde los camareros visten con total elegancia en un entorno que recuerda la Belle Époque. No olvides probar los dulces tradicionales de chocolate, nata o crema que se ofrecen en las diferentes panaderías y pastelerías.
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