Conoce Escocia en Halloween

Halloween, conocido en Escocia como «Samhain», es una de las festividades más antiguas y profundamente arraigadas en la cultura escocesa. Sus orígenes se remontan a miles de años, cuando los celtas celebraban el final del verano y el comienzo del invierno con una fiesta que marcaba el fin de la cosecha. Esta celebración, aunque ha evolucionado a lo largo de los siglos, sigue estando profundamente influenciada por creencias ancestrales y antiguas costumbres.

El origen de Halloween en Escocia está íntimamente ligado a la festividad celta de Samhain. Para los antiguos celtas, el 31 de octubre marcaba el final de la temporada de cosecha y el comienzo del invierno, una época en la que se creía que el velo entre el mundo de los vivos y el de los muertos era más delgado. Esto permitía que los espíritus cruzaran al mundo terrenal, y las festividades estaban centradas en honrar a los muertos y protegerse de los espíritus malignos.

Antes de que las calabazas fueran ampliamente utilizadas para crear linternas de Halloween, los escoceses tallaban nabos para hacer «Jack-o’-lanterns». Estos nabos tallados, que se colocaban en las ventanas o se llevaban durante el «guising», tenían el propósito de ahuyentar a los espíritus malignos. Se creía que la luz de la linterna guiaba a los espíritus perdidos de vuelta al otro mundo y alejaba a las entidades maliciosas.

Las historias de fantasmas son una parte fundamental de Halloween en Escocia. Al ser un país con una rica tradición folclórica, las historias de espectros y criaturas sobrenaturales se han contado durante siglos. En muchas partes de Escocia, es común reunirse en torno a una hoguera o en una casa antigua para contar historias de miedo que se transmiten de generación en generación. También se cree que las hadas, conocidas en Escocia como «sídhe», están activas durante Samhain, y los celtas intentaban evitar encontrarse con ellas debido a su naturaleza caprichosa.

Las prácticas de adivinación son otra tradición celta que ha perdurado en Escocia. Durante Samhain, se creía que era el momento ideal para prever el futuro, ya que el velo entre los mundos estaba más delgado. Una de las costumbres más comunes era la adivinación con nueces. Se lanzaban dos nueces al fuego, y si ambas nueces se quemaban de forma pareja, eso era una señal de un matrimonio feliz. Sin embargo, si una nuez saltaba o se quemaba más rápido que la otra, era un mal presagio para la relación.

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