La Bolsa de Madrid, el centro de la actividad financiera en España
En la Plaza de la Lealtad, en pleno Paseo del Prado, sobre el solar del antiguo teatro El Dorado, se alza el Palacio de la Bolsa de Madrid. Este edificio es obra del arquitecto Enrique María Repullés Vargas y fue inaugurado en 1893, tomando como modelo el edificio de la Bolsa de Viena.
La Bolsa de Madrid, inaugurada en 1831, pasó por varios escenarios hasta situarse de manera definitiva en este emplazamiento, que fue presentado por Repullés Vargas, quien había ganado el concurso convocado por la junta de Obras de la Bolsa de Comercio con el proyecto que se titulaba “Comercium pacem firmat”, cita latina que se traduce como “Sin paz no es posible el Comercio”.
El 7 de mayo de 1893, el palacio abrió sus puertas siendo inaugurado por la reina regente María Cristina. El edificio había comenzado a ser construido en 1878, el padre del arquitecto era agente de cambio y bolsa, por lo que para Repullés Vargas este encargo era toda una responsabilidad, él mismo consideraba que estaba diseñando el “Templo de la Economía”.
Siglo y cuarto después de su inauguración, en el interior del Palacio de la Bolsa apenas trabajan unos 70 empleados, todos ellos del departamento de Comunicación y Marketing de Bolsas y Mercados Españoles (BME), el operador de los mercados de valores y sistemas financieros de España. El resto de la plantilla de la Bolsa de Madrid encuentran mejor acomodo en un amplio complejo de oficinas en Las Rozas, dejando el edificio del centro de Madrid únicamente para tareas representativas y simbólicas.
La Bolsa, la máxima representación del comercio
Si algo define a la bolsa y los mercados bursátiles y financieros es que son el máximo exponente del comercio. Por esta razón, en el Palacio de la Bolsa de Madrid hay un motivo decorativo que se repite en todo el edificio: el caduceo. El caduceo es el cetro de Mercurio, el dios del comercio para los romanos.
Este edificio cuenta con todas las estancias necesarias para la práctica de las operaciones económicas y financieras propias de la actividad bursátil, incluido un Salón de los Fumadores, con ventanas a la calle para dejar salir el humo de los cigarros de esos agentes estresados por su actividad especulativa. Es bien sabido que invertir en bolsa es una operación solo apta para valientes.
Conscientes de la importancia de esta actividad económica, otro detalle arquitectónico de este edificio es la presencia del reloj sobre una alta columna. Se trata de una reproducción exacta de un reloj similar situado en la Bolsa de Ámsterdam, la primera bolsa europea.
En la actualidad, el carácter del edificio es meramente simbólico. En su interior, los paneles luminosos siguen mostrando la información bursátil actualizada al instante, y las cadenas de televisión hacen conexiones diarias en el Palacio para informar de las subidas y bajadas de los valores principales del parqué. No obstante, este edificio se sigue engalanando para ocasiones especiales, como cuando Rodrigo Rato tañía la campana señalando la salida a Bolsa de Bankia en 2011, una imagen que es también otro símbolo del auge y caída de los símbolos económicos.
Los riesgos y el desenfreno de invertir en bolsa
La Bolsa de Madrid como mercado es el principal centro de actividad financiera de España. Las grandes empresas nacionales cotizan ahí y sorprende la inmensa cantidad de personas que desean aprender a invertir, pero que por diferentes razones, no se atreven a ello.
Para este grupo de interesados por los mercados financieros, la comunidad Eurekers puede ser su solución. Se trata de la comunidad de inversores particulares más grande de Europa. Desarrollada por el gestor de fondos José Antonio Madrigal, este profesional ofrece desde un curso de bolsa básico hasta cursos avanzados y en ellos muestra las principales claves sobre cómo invertir en bolsa, ya sea en Madrid o en cualquier otro mercado.
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Ese es precisamente uno de los consejos fundamentales para invertir en bolsa de manera adecuada, el acceso a información. Es requisito indispensable para tener futuro en los mercados bursátiles como trader tener bastante conocimiento sobre los mercados financieros, y a partir de ahí, desarrollar mucha paciencia.
En todos los mercados que se basan en la especulación, quienes participan en ellos han de ser conscientes que ganar y perder son dos caras de la misma moneda. Las operaciones no son una cuestión exclusiva del corto plazo, sino que lo que hoy son valores negativos, en un futuro puede ser todo lo contrario, de ahí que haya que mantener una correcta gestión del riesgo y no dejarse llevar por las emociones.
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