Transfagarasan, una de las carreteras más espectaculares del mundo
La carretera de Transfagarasan es una de las carreteras más espectaculares del mundo gracias a las interminables e impresionantes curvas que ocupan su trazado
El Castillo de Bran ha sido rebautizado como el Castillo de Drácula, aunque poco tiene que ver con el mito del vampiro creado por el escritor irlandés Bram Stoker. Tampoco nos importa mucho, porque esta impresionante fortaleza sirve perfectamente para imaginar cómo sería el lugar donde habitaba el tenebroso Señor de la Oscuridad de la novela. Y es que el Castillo de Bran está edificado sobre las ruinas de un antiguo castillo teutón del siglo XIII. Unas décadas después de ser abandonado, fue reconstruido por orden del rey Luis I de Hungría y ha tenido varias reconstrucciones desde entonces.
El Castillo de Bran se encuentra en el límite entre Transilvania y Valaquia y ha servido como bastión entre ambas regiones durante siglos. Bran se encuentra a unos 30 kilómetros de Braşov y se ha convertido en uno de los puntos turísticos más importantes de Rumanía por el reclamo de este castillo.
La fortaleza de Drácula se encuentra en lo alto de una colina de roca de 200 metros de altitud y durante los últimos 150 años solo ha sido habitado durante las décadas de 1920 y 1930. Pertenecía a la reína María de Rumanía, que lo tuvo en propiedad hasta que lo legó a su hija, la princesa Helena, hasta que fue expropiado por el régimen comunista. Tras la vuelta de la democracia, se convirtió en el museo que conocemos hoy.
En el Castillo de Bran se pueden visitar alrededor de 60 estancias, a las que se accede por unas escaleras sinuosas y una gran cantidad de pasadizos. Todo ello está decorado con muebles de los siglos XIX y XX, así que poca cosa de épocas anteriores a 1800 se pueden encontrar en él. La historia cuenta que Vlad Tepes, el célebre Empalador en el que se basó Bram Stoker no vivió nunca allí y solo se cree que pasó un breve periodo de tiempo en sus mazmorras, aunque tampoco se puede asegurar.
Para los habitantes de Bran, esto da igual y han creado un gran negocio alrededor del Castillo de Drácula, que, curiosamente, no se explota con la figura del célebre conde por deseo expreso de sus actuales propietarios, que prefieren que el castillo brillo por su propia historia que por la equivocada idea de que allí habitó el vampiro más célebre de la historia. O, al menos, el personaje histórico que inspiró su imaginación.
Por cierto, el auténtico castillo de Vlad Tepes es el Castillo de Poenari, que está en ruinas y a varios kilómetros de Bran. A este se accede por la célebre carretera de Transfagarasan, conocida por sus inacabables curvas.
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