Moscú presenta nuevas alternativas para disfrutar en 2019 durante las vacaciones
Moscú se quiere consolidar como un destino atractivo para los turistas europeos, en especial los españoles y ofrecerá más opciones en 2019.
Moscú no solo es la capital rusa, sino que también es un destino turístico de primer orden que hay que visitar al menos una vez en la vida. Se trata de una gran ciudad que cuenta con muchos atractivos y es complicado visitar en un solo día. Hay que reservar al menos tres días para poder descubrir las maravillas que esconde y poder ver, al menos, los lugares más interesantes.
Pero para moverse por Moscú hay que tener en cuenta alguna de las particularidades que tiene la ciudad. Primero hay que recordar que es una ciudad inmensa, con unos 12,5 millones de habitantes y el trazado de sus calles y avenidas están preparadas para este nivel de ocupación. De hecho, alguna de las grandes vías cuentan con hasta 14 carriles para los coches.
Esto hace que sea necesario cruzar a través de túneles que pasan por debajo de las calles. Si existen estos túneles, son para utilizarlos. No hay que pensar en que podemos pasar por la calle como si tal cosa, sino que por seguridad hay que pasar por ellos siempre que exista la posibilidad, igual que lo hacemos por un semáforo.
Deplazarse en metro es una idea muy adecuada para moverse por Moscú, aunque lo ideal es hacer recorridos a pie. El metro o el bus urbano es una manera para llegar a determinados puntos concretos, pero una vez se ha llegado hasta allí, es mejor callejear y dejarse sorprender por lo que vemos en las calles.
El primer día puede estar dedicado a la Plaza Roja y a sus alrededores. No es mucho tiempo para disfrutar de este lugar, repleto de atracciones turísticas que hay que disfrutar con calma. En este lugar no hay que dejar de pasear por la plaza y ver el conjunto en su totalidad. Allí se encuentra el Kremlin, que se puede visitar en unas cuatro horas. Hay que tener en cuenta que hay dos zonas en su interior. Una es la Armería y el Fondo de Diamantes, mientras que la otra es la Plaza de las Catedrales. Se ha de pagar en las dos, así que hay que planificar la visita temprano para terminar a la hora de comer y poder salir para disfrutar de la comida fuera del recinto y seguir visitando el lugar.
Otros puntos de interés en la Plaza Roja son la Catedral de San Basilio, las Galerías GUM, donde se puede disfrutar de una comida rápida bastante económica. De ahí se puede pasar a la Plaza de la Revolución, donde se encuentra el Teatro Bolshói y la calle Tverskaya, la calle principal de la capital rusa. En ella se abren las principales tiendas de moda.
El segundo día puede comenzar en la Galería Estatal Tretyakov, que alberga una gran colección de obras de arte rusas. Se encuentra en Lavrushinsky Lane, cerca del Kremlin, a la otra orilla del río Moscova. Tras la visita a esta magnífica colección, se puede visitar la iglesia de Cristo Salvador, muy cercana a las galerías.
Para comer, se puede visitar la calle Arbat, junto a la iglesia. Una calle peatonal pensada para recorrer andando y disfrutando de su arquitectura. En esta calle hay que tomar el metro y para hacerlo, se puede tomar en la que se considera una de las estaciones más interesantes de Moscú. La estación de Arbatskaya es una atracción turística en sí misma, aunque allí se toma la línea 3.
Por la tarde, un paseo y un crucero por el Parque Gorky puede cerrar un día realmente fantástico y muy atractivo. Y nos enfrentamos al tercer y último día de la visita.
El tercer día se puede dedicar a la historia más reciente de Rusia y los últimos días de Unión Soviética. El Mausoleo de Lenin es el punto principal para este día. En el barrio de Taganskaya se encuentra el Bunker 42, un refugio al que accede tras bajar unos 18 pisos, es decir, 65 metros bajo tierra. La visita dura unas dos horas y se puede ver cómo se vivían esos momentos de tensión nuclear. Atención a esta visita, porque no hay ascensor y se ha de bajar y subir andando los 18 pisos.
El Mercado de Izmailovo puede ser una buena opción para visitar también ese último día. Se construyó como una ciudadela medieval y cuenta con muchas tiendas donde puedes hacerte con un recuerdo del viaje a unos precios bastante más bajos que los que encontrarás en el centro de la ciudad.
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