Lagos en Suiza: naturaleza inmensa en medio de Europa

Hay muchos lugares en Europa donde se puede disfrutar de la naturaleza, incluso sin salir de España. Pero queremos llevarte hasta un país que siempre hace que pensemos en inmensos paisajes verdes y grandes masas de agua dulce. Los lagos que se encuentran en Suiza ofrecen esa mezcla de relajación y muchas actividades que realizar al aire libre, sea la estación que sea.

Una de estas actividades que se puede realizar en uno de los lagos de Suiza es el paseo a orillas del río Aar y el lago Thunersee. Esta ruta lleva al caminante por varios paisajes increíbles, que se quedan en la retina y la memoria durante mucho tiempo. No solo se encuentran varias grandes masas de agua, pasando por las ruinas de un castillo y a través el parque natural de Weissenau.

El paseo comienza en Interlaken y discurre junto al Aar, atravesando pasillos demarcados por árboles y a través de interesantes paisajes. Justo en el punto donde el Aar desemboca en el lago Thuersee, se pueden ver los restos de un castillo medieval. El paseo puede terminar a orillas del lago o se puede ir un poco más allá y realizar un paseo con barca por el mismo.

Paseos en barcos en el lago de Brienz

Otro de los lagos más conocidos de Suiza es el lago de Brientz. Además, por sus aguas se puede navegar gracias a la compañía que ofrece cinco barcos de línea para recorrer el lago. Estos barcos se tematizan para ofrecer viajes con un tema concreto para realizar trayectos especiales.

Se puede navegar en el barco del desayuno, el brunch alpino, el Halal BBQ Cruise y otros viajes tematizados que pueden hacer que la travesía por el lago sea muy especial. Entre estos barcos, destaca el Lötschberg, un barco de vapor que se construyó en 1914 y que ha sido reformado hace muy poco.

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En este lago también se encuentra el tren de vapor de cremallera más antiguo de Europa, el Brienz-Rothorn-Bahn, que lleva a los pasajeros al Brienzer Rothorn, que tiene una altitud de 2350 metros. Otro de los trayectos en barco lleva hasta las cataratas de Giessbachfall, donde Conan Doyle ambientó la muerte de su célebre personaje, Sherlock Holmes.

Estas son solo dos de las muchas opciones que ofrece Suiza y sus lagos repartidos por toda su montañosa geografía, con cientos de argumentos para acercarse hasta ellos.

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