Una aventura inolvidable: la travesía por el desierto de Túnez
Túnez es uno de los destinos turísticos más visitados del Norte de África y tiene grandes joyas turísticas que no podemos dejar de visitar. Uno de esos impresionantes recorridos es la travesía por el desierto, un lugar dónde se puede encontrar pequeños rincones que han perdurado a lo largo de los siglos. Además, que reconoceremos fácilmente porque han sido escenario de películas míticas de la historia del cine.
Una de estas rutas puede comenzar por el Gran Eg Oriental, una región desértica que permite recorrer la zona del Sahara en el Sur de Túnez y conocer varios oasis de montaña. En esta ruta llegaremos hasta Tozeur, que cuenta con un gran palmeral. Este ofrece una gran producción de dátiles, por lo que es la principal zona de producción de este fruto en el país. La dulzura de los frutos le ha valido una gran reputación en el país.
Tozeur se puede recorrer andando, en calesa o bicicleta, sintiendo la frescura del oasis en medio del duro desierto. Desde este punto salen excursiones de todoterrenos, que durante tres días recorren el desierto. El viaje nos hace ser testigos de las caravanas de dromedarios de los bereberes y el visitante puede integrarse en su cultura, participando en sus costumbres, como la toma de un buen té moruno mientras se disfruta del espectáculo único que representa la puesta de sol en el desierto.
Otra de las paradas indispensables es Matmata, un lugar donde las viviendas están excavadas en pozos, hacia el interior de la tierra. Acertaste. Es uno de los escenarios más reconocibles de la saga Star Wars y dónde se puede ver la granja en la que Luke Skywalker pasó su infancia.
La siguiente etapa para conocer este espectacular lugar dentro de uno de los desiertos más duros del mundo es Chott El Jerid. Este paraje se encuentran dos lagos salados. Los restos del agua han dejado un rastro de sal, en la que incluso se pueden ver embarcaciones que quedaron varadas en el mineral, cuando se desecaron los lagos, dejando 100 km cuadrados de sal.
El viaje termina visitando los dos oasis de Tamerza y de Chebika. El primero se caracteriza por sus cascadas, formadas por el agua que fluye de sus fuentes. En el segundo, el agua discurre por canales abiertos por la erosión durante siglos en la arena del desierto. La posibilidad de bañarse en estas aguas, frescas en mitad del calor desértico, es una experiencia que hay que experimentar y vivir con intensidad.
Fuente | Turismo de Túnez
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