Santa Sofía de Estambul pasa a ser mezquita pero seguirá abierta a las visitas
La ciudad de Estambul tiene un símbolo: Santa Sofía. Este conocido lugar construido en el siglo IV, cuando todavía la gran ciudad ahora turca se llamaba Constantinopla y era la gran capital del por entonces Imperio Bizantino, es desde sus orígenes el símbolo de esta ciudad y ha terminado siendo el símbolo, por extensión, de Turquía, al punto que es el lugar que más turistas visitan dentro de este país.
Santa Sofía se construyó en su momento para ser la gran catedral de la iglesia cristiana ortodoxa, pero en el siglo XV la ciudad de Constantinopla cae definitivamente en manos del Imperio Otomano. Con el cambio de gobierno y también cambio de costumbres religiosas en el imperio, Santa Sofía cambia y en su evolución, además de los cambios arquitectónicos que va sufriendo a lo largo del tiempo, pasa a ser entonces una mezquita.
Así, hasta que Ataturk, el hombre al que podíamos definir como padre de la Turquía moderna, decide cerrar Santa Sofía al culto y convertirla en un museo. Eso ocurrió en 1935, y con ese gesto de gran carga simbólica, Turquía quería mostrarse y abrirse al mundo. Por eso, la decisión actual del gobierno turco liderado por Erdogan de volver a autorizar el culto y, en palabras textuales, «corregir el error de Ataturk», ha levantado bastante polémica a todos los níveles.
Abierta al culto pero, de momento, también abierta a las visitas
Santa Sofía pasa de nuevo a ser una mezquita, y la noticia no ha gustado a muchos sectores. A nivel religioso, son muchas las protestas que llegan desde sectores de la iglesia ortodoxa, e igualmente a nivel político este movimiento no ha dejado indiferente a casi nadie: mientras Turquía siempre parece que pretende acercarse a Europa y al mundo occidental, Erdogan, profundamente islamista, parece que da un paso completamente en la dirección opuesta. O al menos, eso es lo que pensaría Ataturk.
A nivel turístico, y hablamos del monumento más visitado de Turquía y que deja en cuanto a entradas unos cuantos millones en las arcas turcas, no hay mucho de qué preocuparse. Santa Sofía, aún siendo mezquita y teniendo en cuenta que las mezquitas suelen estar cerradas salvo muy pocas excepciones, seguirá abierta al público siempre y cuando no haya cultos en su interior, es decir a unas horas concretas. Si bien, los turistas se encontrarán una imagen distinta y quizá menos fastuosa de lo que pensaban.
Y es que Santa Sofía está llena de mosaicos que, como ya hemos visto en alguna foto, se cubrirán con alfombras, cortinas y tapices para así seguir los preceptos y que el rezo en la mezquita se celebre sin imágenes. Esto ha despertado las alarmas de la UNESCO, que ha recordado que el lugar es Patrimonio de la Humanidad desde el año 1985 y que, llegado el caso, podría perder esa condición, tal y como le ocurre a otros lugares, si se realiza cualquier cambio que afecte radicalmente a este histórico lugar.
Foto 1 | Flickr – Julien Maury
Foto 2 | Flickr – Sudharsan Narayanan
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